jueves, 18 de julio de 2013
Entonces cuando llegue ese día
Entonces cuando llegue ese día
sea yo
vagabunda
que peregrine inadvirtiendo
señales
que la felicidad
instalada en la sangre no se despeñe
que se descarríen las penas
y se precipiten los perversos amores
y al no tener pan
trine turbada.
Que delire de día,
inventando el lienzo de lo cotidiano
por la noche, ahuyente
las estrellas que se desmoronan por los deseos
que las calles solitarias
se compongan de partituras
que transite la vergüenza desnuda y en el cuerpo quepa la libertad.
Que sea virtud besar
a los amantes
sin que nadie murmure en los alcázares
el mismo cosquilleo humedezca el monte
y perpetúe su voz susurrando:
“mis labios se
transforman en alas cuando beso tu sexo”
Que no tenga conciencia que existe el
Perú y todos hayan comido pan ese día
los ricos alucinen y olviden la palabra codicia
los jueces enloquezcan y se les dé por dar a cada cual
y que los dioses mueran abatidos al vernos felices.
Entonces en el universo no transite la muerte.
Una niña entona afectos al cactus
hila gotas de temporal,
le pellizcan los brazos
hasta amoratar la sangre
contaminan sus dientes hasta arrancarlos.
El abuso se perpetra en una casa inmaculada
la coartada es perfecta
impunidad garantizada
-La estamos corrigiendo- decían
los vecinos en coro asienten
- la están corrigiendo-
Arrulla en el vientre una paloma
que no quiso estrangular
para que su madre la devorara
recibió azotes por evitar que la rigidez congele el plato
porta una navaja bajo los cabellos
pierde cordura en cada grito
que triza el escenario.
Peligro común es lanzar libre al pájaro enjaulado
insubordinación si no se inclina
-dobléguenla-
hay que romper sus dientes
borrar su sonrisa que ofende
apesadumbrarla lo que subsiste de camino
desmenuzarle los dedos
aguijonearle los ojos
avinagrar su comida
arrancarle su osada mirada
avasallarla en llanto
Ofenden su frescura su belleza
y los horribles versos que nos escribe
a ver si un día no soporta la tormenta del norte
y decide mecerse en la cuerda.
Después lanzarla al barranco
a ver si el hambre la convierte en puta
si otros al verla famélica
la siguen gangrenando
desfigurarán su trémula cara
desbarandarán los versos de su padre
y un día la encontraremos en una esquina
entre enjambre de ratas
con falda corta empuñando una mariposa.